Cada vez es más frecuente que lleguen padres a mi consulta, buscando orientación en función de los relatos de sus hijos, en los cuales mencionan que ven y sienten cosas extrañas en su casa y otros lugares. Las percepciones más comunes que experimentan visualmente estos niños son: personas desconocidas o familiares fallecidos que deambulan en la casa y desaparecen al chocar con la muralla, seres raros y pequeños, entidades “no muy amigables” que los asustan, amigos imaginarios, aura en las personas y animales, premoniciones, y algunos también describen situaciones que están ocurriendo y que las personas en juego desconocen, como por ejemplo saber cuando las personas están embarazadas o padecen alguna enfermedad. Algunos niños lo toman con bastante naturalidad, pero otros sienten miedo y lo expresan con dificultad para estar solos, en particular a la hora de dormir en la noche, también se observa en ellos ansiedad, enuresis, onicofagia, excesiva dependencia de las figuras de apego, y baja atención-concentración en distintos momentos. Muchos de nosotros en nuestra niñez, alguna vez vivimos experiencias “paranormales”, siendo muy similares a las que relatan nuestros hijos. Nuestros padres resolvían estas situaciones con no muchas opciones, siendo una de ellas el hacer caso omiso o ridiculizando nuestro relato, y otra en donde se lo tomaban más en serio, buscando ayuda en la iglesia o en alguna persona del barrio que era conocida por sus limpiezas de “brujerías”, “mal de ojo” y “quebradura de empacho”. En la actualidad hay una gama amplia de opciones de orientación holística, sin embargo muchas de ellas carecen de confiabilidad por la falta de profesionalismo de las personas y lugares que acudimos. En otros casos, nosotros mismos desconfiamos demasiado de las personas, en particular por lo que se muestra en la televisión sobre estafadores que se dedicaban a este tipo de “trabajo” y que finalmente solo sacan dinero de los más asustados. También años atrás estuvo de moda el hablar sobre los niños índigo, cristales y otros mas, a los cuales se les atribuían poderes sobrenaturales, pero nuevamente ocurre la masificación de relatos poco confiables o lugares en donde se les entrenaba para desarrollar estas habilidades y que finalmente terminaron siendo una tendencia más. Desde mi experiencia, lo que más ha favorecido en la resolución de estas inquietudes, han sido las sesiones individuales y talleres para padres, con los temas en cuestión, ya que generaron la comprensión necesaria sobre estas percepciones que en su niñez y que ahora viven sus hijos. A partir de esto, han entendido este fenómeno como lo que es: una habilidad que viene con todos nosotros y sin exclusión. En estricto rigor, lo que ocurre es que todos somos capaces de “canalizar” y lo podríamos definir como “una forma de comunicación e interpretación de energías y seres de los planos sutiles, cuya información ingresa a nosotros por los canales visual, auditivo, Kinestésico y/o telepático entre otros”. La habilidad de canalizar es como cualquier otra, es decir puede ser que algunos tengan más afinidad con ella, como lo sería con un instrumento, deporte, matemáticas, etc., y por lo tanto la práctica la desarrollaría eficazmente. En función de que estemos mas conectados con el presente, esta información energética estaría dispuesta para ser observada, y por lo tanto ha resultado muy práctico el trabajar con los padres este entendimiento a través de la meditación. Partiendo de la premisa que el tener la conciencia en el pasado generaría nostalgia y que tenerla en el futuro nos llevaría a estados de ansiedad, el entrenar a padres en mantener sus pensamientos en el presente, favoreció considerablemente sus estados de equilibrio, y por ende se reflejaron directamente en el actuar con sus hijos. Una vez vivida y comprendida la canalización de información intencionalmente, es mucho más fácil darles orientación a los padres, ya que no lo sentirían como algo desconocido o amenazante, sino al contrario amigable y de utilidad para entender lo que ocurre a nuestro alrededor, en ellos mismos y también en sus hijos. En síntesis, hacemos una invitación a todas las personas que experimenten prácticas meditativas y de canalización, tanto en adultos como en niños, ya que no presentarían riesgo alguno. También es de suma relevancia buscar profesionales idóneos, que los puedan orientar amorosamente en la relación con sus hijos y también en la comprensión y uso de las energías sutiles. Finalmente dejo la inquietud, de que si lo que se percibe sensorialmente es paranormal o NORMAL, ya que desde un tiempo ahora, ya no se vive en silencio ni como situaciones “oscuras”. Muchas Gracias. Félix Prelle N. Fonoaudiólogo Canalizador - Khasa Yoga-