Es una sesión que permite la comunicación entre un ser querido que haya fallecido y su familia o amigos, siendo esta facilitada amorosamente por un médium o canalizador. El objetivo de la sesión es cerrar procesos inconclusos, realizar consultas, y finalmente despedirse con el fin de elaborar de la mejor forma posible el duelo. En el caso de que a la persona fallecida le cueste el tránsito de este plano terrenal a su próxima estación de evolución espiritual, se generarán las condiciones necesarias, para que sea posible y de una forma amorosa. De este modo, las personas que quedan “acá”, podrán sentirse aliviados y tranquilos, para así continuar con su vida desde una mirada comprensiva, y no desde los estados de rabia, tristeza y/o culpa en los que posiblemente se encontraban.