Es una técnica que lleva al individuo a observar el lugar que ocupa al interior de su familia, para así solucionar conflictos que incluso pueden traspasarse de generación en generación. Ayuda a las personas a superar insatisfacciones en la relación de pareja, a hallar las causas que explicarían ciertos comportamientos de los hijos, a darse cuenta de los duelos no elaborados, a entender síntomas y enfermedades, y también para reorganizar estructuras familiares que estén fragmentadas. Es muy útil para intervenir grupos familiares, prevenir y sanar problemas de salud mental.